Mucho se me ha cuestionado sobre mis preferencias para el proceso de 2012. Antes que todo agradezco la atención tan especial que le ponen a mis aportaciones. Lo que me interesa enfatizar, es que para vincular nuestra participación en 2012 como jóvenes interesados e interesadas en la ciudad, la cuestión no es apoyar un nombre o a un candidato/a, sino de sumar y aportar a un proyecto incluyente que contemple una agenda progresista donde todos y todas seamos parte de ella.
Quienes estamos a favor de una agenda progresista, nutrida de derechos humanos, podemos identificar en las diferentes propuestas de quienes son aspirantes al Gobierno del Distrito Federal, los tópicos que nos identifican, sin embargo, hemos caído en la lógica de que si apoyamos a alguna candidatura como jóvenes, tenemos que estar en contra del resto y atacarnos entre todos y todas.
Reflexionando, creo que más que apoyar una candidatura, debemos conformar un proyecto como sector y proponer ante todos y todas, ante los actores y actrices que toman decisiones, pues como jóvenes también somos capaces y tenemos derecho a tomar decisiones.
En cuanto a la clase política, necesita ir con nosotros y nosotras también. Somos más que una fuerza que sirve para brigadear, echar porras, ser parte de una bonita foto, o ser el adorno perfecto de un discurso de proyecto de ciudad.
Amigos y amigas ¿Realmente nos sentimos incluidos e incluidas en las decisiones de quienes nos “representan”? ¿Toman nuestras exigencias, o quienes aspiran al cargo imponen lo que creen, en su lectura de lo que necesitamos? ¿Realmente quienes aspiran al cargo están conscientes de que somos mucho más que "el sector joven" que definirá las próximas elecciones? ¿Nos ven sólo como electores o como agentes de cambio reales? ¿Realmente nos tratan con horizontalidad o nos marcan línea como el sector “vulnerable” bajo el cual insisten encasillarnos?
No sé ustedes, compañeros y compañeras, pero me parece que estamos frente a un adultocentrismo en el cual si no tienes más de 30 años no toman en serio tus acciones. Me siento indignada al pensar que después del 18 de enero pasará lo mismo que ocurrió cuando se decidió la candidatura presidencial de las izquierdas “jalar para un proyecto en conjunto”; bajo el adultocentrismo político, la clase política negocia y se da la mano, mientras nosotros y nosotras, los y las jóvenes, ya nos dimos y nos destrozamos con todo por defender nuestro ideal de candidato o candidata.
Dejo a nuestra reflexión como jóvenes: ¿Si entregamos nuestra energía y esfuerzo por nuestros ideales, nos conformaremos con los mejoralitos que la clase política hasta ahora nos ha dado a la juventud?
Areli Rojas.
JYDDHH
Coordinadora de Participación Política AJUV11-21
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