10 sept 2011

#SUICIDIO, PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA QUE SE PUEDE PREVENIR



 
Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/181/11
México, D.F., 8 de septiembre de 2011
 
 
·         Siete millones de mexicanos han tenido ideas suicidas en el último año
 
·         Uno de cada 10 jóvenes que han pensado en suicidio eventualmente lo intentan
 
 
El suicidio es la segunda causa de muerte para las mujeres entre los 15 y los 19 años, lo cual es alarmante porque tenemos un acelerado ascenso de suicidios en jóvenes, aseguró Juan Ramón de la Fuente, ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
 
En tan sólo una década, dijo, el porcentaje se incrementó en un 150% en el caso de los niños (entre los 5 y los 14 años), y un 74% entre los jóvenes de 15 a 24 años, según los estudios realizados por investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría.
 
"En algunos países como Dinamarca, ha ocurrido lo contrario: la tendencia al suicidio va a la baja, pero en países como México, India y Brasil es visible su aumento en las estadísticas mundiales", ejemplificó.
 
De acuerdo con el profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM, con base en información de la Secretaría de Salud de México, y la Organización Mundial de la Salud, se puede afirmar que, la tasa de mortalidad por suicidio en México es baja (4.1 por 100 mil habitantes) en comparación con otros países como Francia (17.6), Japón (23.7) o los Estados Unidos (11.1).
 
El doctor De la Fuente informó que la mitad de todas las personas adultas que han intentado suicidarse acudieron, en un momento dado, a un servicio de salud por sus problemas emocionales, incluido el abuso de alcohol u otras drogas: "Casi siempre hay una secuencia que va de pensar en hacerlo, planear cómo hacerlo e intentar hacerlo".
 
Las encuestas nacionales sobre adicciones y  salud mental permiten estimar que cerca de 7 millones de mexicanos han tenido ideas suicidas en el último año; que aproximadamente un millón de ellos, llegó a planear el suicidio, la mitad de los cuales intentó suicidarse.
 
El actual presidente del Consejo de la Universidad de las Naciones Unidas expresó que si tomamos en cuenta que amplios sectores de la población siguen viendo al suicidio como si éste fuera un pecado (en consecuencia se oculta, se niega, se disfraza), estas cifras pueden ser muy conservadoras, es probable que reflejen un subregistro.
 
"Las creencias religiosas de cada quien son respetables, pero el problema debe abordarse con espíritu laico, y ser reconocido como lo que es: un grave problema de salud pública", manifestó.
 
Sostuvo que los grupos más jóvenes y los  adultos desempleados tienen un riesgo más elevado de presentar conductas suicidas, y que también se han observado variaciones geográficas, por lo cual desde hace tiempo se sabe que la prevalencia es más alta en el sureste del país, pero en algunos estados del norte la tendencia va a la alta. 
 
En todo caso, añadió, el suicidio es resultado de un proceso complejo que está precedido con frecuencia de ideas y planes suicidas. Precisamente ahí, en ese lapso, está la oportunidad de la prevención y de la intervención oportuna médica, familiar y psicológica. Cualquier idea suicida debe tomarse siempre en serio. Subestimarla puede ser un grave error de consecuencias irreparables, recomendó.
 
El especialista en Psiquiatría dio a conocer que los adultos con ideas y planes suicidas, entre 18 y 65 años de edad, son los que buscan con mayor frecuencia ayuda del médico (cerca del 50%); en tanto que los jóvenes se sienten más desamparados, y sólo uno de cada tres de los que intentan suicidarse buscan ayuda profesional. Es por eso que los maestros y los padres de familia se convierten en actores indispensables para su prevención.
 
También los amigos pueden ser agentes efectivos. Cuando alguien comenta sobre la posibilidad de un suicidio, no debe dudarse en buscar de inmediato ayuda profesional. Es probable que, al menos uno de cada 10 jóvenes que hayan pensado en el suicidio, eventualmente lo intenten.
 
El fracaso escolar, el desempleo, una decepción amorosa, etc. y en general todo aquello que haga caer la autoestima, puede convertirse en el factor que desencadene los hechos. Pero el origen parte con frecuencia de una labilidad emocional, que puede incluso estar genéticamente determinada, y luego empiezan a influir el ambiente familiar, las experiencias traumáticas, los factores sociales. No hay una explicación simplista, precisó.
 
Si uno observa con cuidado la evolución de las tasas de mortalidad por suicidio en México en los últimos 30 años, podrá apreciar el problema tal cual es. Por cada muerte por suicidio que había entonces, hoy hay por lo menos cinco. Uno de cada tres suicidios que hay en México ocurre en jóvenes entre 15 y 24 años. Es la tercera causa de muerte para ese grupo de edad, sentenció.
 
En el marco del Día Internacional de la Prevención del Suicidio, conmemorado el 10 de septiembre, urgió la participación conjunta de la sociedad. "Los medios de comunicación jugarían un papel mucho más comprometido si, por ejemplo, hicieran a la población más consciente de la naturaleza del problema y de su frecuencia; así como de la necesidad de identificarlo a tiempo para buscar apoyo profesional y tratar de evitarlo", puntualizó.
 
Pero el tema también debe ser parte de la formación de los maestros, sobre todo en primaria y secundaria. Desde luego, también los médicos necesitan mayor información. Creo que todos necesitamos mayor conocimiento respecto del tema.
 
Quienes han intentado suicidarse  quedan también con intensas cicatrices emocionales, y las familias que han experimentado el suicidio de uno de sus miembros, las consecuencias pueden ser dramáticas. Los sentimientos de culpa se vuelven con frecuencia inmanejables y el duelo se prolonga, a veces, por el resto de la vida.
 
El doctor De la Fuente aprovechó el tema para señalar que hay una diferencia radical entre el suicidio (al que nos hemos referido brevemente), y la muerte asistida, que se permite en algunos países dentro de un marco médico-legal muy preciso y que ocurre con poca frecuencia.
 
Si tuviera que quedarme con una idea final en este día, diría que un joven, hombre o mujer, que atraviesa por un periodo depresivo y que está angustiado, consume  alcohol u otras drogas que alteren su estado de ánimo, puede estar en  riesgo de intentar suicidarse. Hay que estar pendientes, una intervención oportuna puede evitarlo, concluyó.
 

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