Movimiento Migrante Mesoamericano
MIEMBRO DEL COMITÉ PROMOTOR DEL
FORO ALTERNATIVO DE LOS PUEBLOS EN MOVIMIENTO
No fue suficiente que en agosto de este año 72 migrantes de Centro y Sudamérica fueran masacrados, para que el gobierno de México tomara en serio el problema humanitario migrante y lejos de tomar acciones para prevenir y procurar justicia, los datos indican lo contrario según declaraciones de la CNDH. Son más de 10 mil secuestros por semestre, y se estima en más de 20,000 secuestros durante 2010 cuando se incrementaron (un 30% en relación con 2009), las denuncias por violaciones a derechos humanos de los migrantes, que incluyen secuestro, extorsión, violaciones, robo, amenazas, golpes e intimidación, entre otras.
En el atentado perpetrado el 16 de diciembre del que dan cuenta exhaustiva los medios de comunicación, de acuerdo con 18 testimonios de migrantes, alrededor de las 18 horas, el Instituto nacional de Migración realizó un operativo donde fueron asegurados más de 90 migrantes. El tren detuvo su marcha en las inmediaciones del municipio de Chahuites, Oaxaca, y elementos que se identificaron como policías federales, portando armas largas y trasladándose en una patrulla tipo pick-up, ordenaron a los migrantes que bajaran del tren y los despojaron de su dinero. Los agentes retuvieron a los migrantes una media hora y luego les ordenaron que se fueran caminando por la vía del tren, muchos lograron escapar escondiéndose en el monte, y cuando el tren se puso en marcha se volvieron a subir.
Fue después del operativo entre las 20:30 y 21 horas cuando el tren se detuvo bruscamente porque las vías estaban bloqueadas con troncos, y salieron de entre la maleza 10 hombres vestidos de negro, con armas de fuego y machetes y les ordenaron que bajaran del tren haciendo disparos al aire. Lograron controlar a los migrantes, les amarraron las manos, y se llevaron al monte a un grupo como de 40 migrantes. Los testigos vieron que avanzaban entre los caminos paralelos al tren y escucharon gritos de mujeres y niños.
Los testimonios de algunos migrantes que lograron huir, indican que se llevaron dos grupos de 40 personas aproximadamente entre los que se asevera que 10 son mujeres y un menor de edad. Los agraviados fueron trasladados en tres camionetas tipo trackers y secuestrados. Algunas mujeres que llegaron la noche del 18 de diciembre al albergue migrante Hermanos en el Camino, ubicado en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, que coordina el Presbítero José Alejandro Solalinde Guerra, relatan que: “las llevaron al monte, las desnudaron, les revisaron el área genital y de las cinco que llegaron, dos fueron violadas.”
El Tribunal Internacional de Conciencia de los Pueblos en Movimiento celebrado en México el pasado noviembre, sentenció con vehemencia al estado mexicano por la gran responsabilidad que tiene sobre las permanentes violaciones a los derechos humanos de los migrantes que cruzan por México y los que crímenes de lesa humanidad cometidos no pueden ser simplemente tachados como delitos del crimen organizado. Son delitos de Estado. Son delitos de comisión por omisión con una gran complicidad oficial en los distintos niveles y jerarquías de los propios gobiernos.
México hizo cambios radicales de funcionarios para impedir se repitieran eventos similares a los de Tamaulipas. Sin embargo desde la llegada del nuevo comisionado de INAMI, no se han realizado restructuraciones significativas con mensajes claros y enérgicos, demostrables con cambios sustanciales, mientras que si han incrementado los operativos para aterrorizar y detener a los migrantes –y de paso atracarlos. Actualmente tanto gobiernos de origen como de transito y destino, apuntan con índices acusadores mientras los migrantes continúan en las manos de los plagiarios, quienes en sus narices negocian los rescates.
Los compromisos signados en Puerto Vallarta durante el IV Foro Mundial de Migraciones y Desarrollo, de entrada rebasados y obsoletos, demuestran que las premisas actuales acerca de la movilidad humana con derechos humanos plenos, no han sido debidamente captadas por gobiernos que promueven el tráfico humano como motor de desarrollo con programas de trabajo temporal, y no utilizan el poder del Estado para construir paradigmas alternativos de derecho al servicio de los procesos emancipatorios contemporáneos de los pueblos, cuyos ejes deben incluir el pleno reconocimiento y ejercicio del derecho a la verdad, la justicia efectiva, la reparación integral del daño que abarca la recuperación de la memoria histórica y restitución de daños materiales e inmateriales, económicos y psicosociales y reconocimientos de responsabilidad y disculpas públicas de parte de los perpetradores y cómplices de violaciones, y garantías verificables de no repetición.
Pero sin duda, una de las prioridades que se destacan en esta nueva concepción es la defensa y protección de los activistas y defensores de los derechos humanos como es el caso del Padre Alejandro Solalinde amenazado por bandas de delincuentes de la región del Istmo.
Convocamos a las redes sociales solidarias a mantenernos en alerta permanente para garantizar y blindar la seguridad a través de la comunicación, local e internacional, y brigadas de acompañamiento en Oaxaca.
Emplazamos al gobierno de México a que deje de mentir con respecto a sus verdaderas intenciones en la protección de los Derechos Humanos y la integridad de los migrantes en tránsito por el país. ¿Cuántas masacres, secuestros, desaparecidos, mutilados, son necesarios?, ¿Cuántas recomendaciones de las instancias nacionales e internacionales son necesarias?, ¿Cuántas notas diplomáticas de los países expulsores son necesarias?, ¿Cuántos reclamos internacionales son necesarios para convencer a las autoridades que esta vergonzosa realidad es insostenible y que sus escusas suenan cada vez mas huecas?
La realidad evidente desmiente las aseveraciones reiteradas hasta la nausea de los funcionarios apologistas que pretenden hacernos creer que todo se debe a la acción de los delincuentes. Es necesario que demuestren sus intenciones con hechos medibles y verificables, tales como el cese a los operativos nocturnos en los trenes, los retenes, desmantelar las redes de secuestradores, erradicar la impunidad con la que actúan los funcionarios de los tres niveles de gobierno involucrados y otros culpables, bien por comisión o bien por omisión, en los sucesos criminales contra los migrantes.
Los migrantes son seres humanos y sus derechos viajan con ellos, tal como con ellos viaja su cultura, sus habilidades laborales demostradas, su energía vital y sus sueños. Lo que sucede aquí es una vergüenza nacional que no podemos soslayar. ¡YA BASTA!
¡MEXICO REACCIONA!
Marta Sánchez Soler, Luis Ángel Nieto, José Jacques, Elvira Arellano, Rubén Figueroa,
Carlota Botey y Estapé, Adriana Luna
Movimiento Migrante Mesoamericano
Hasta la victoria Siempre
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